Here is the last of our tributes to fathers, this one from my friend Julieta Lubatti, an Argentinean living in Spain. I was fortunate to know Julieta's father, Jorge Lubatti. He was everything she said he was--and more. He was a builder and a nurturer, a listener and a counselor. He embraced the world and the people in it. His life was never easy, yet he found joy everywhere, especially in his wife Cristina and in his daughters Julieta and Natalia. When Julieta wrote me to tell me he had died, I felt an ache in my heart. I had always thought that I would see him again on a future trip to Spain, but it was not to be. Our last time together, though, was unforgettable. The Lubattis and I went on a picnic on a Sunday afternoon at Las Picadas, a beautiful area not far from Madrid. What I remember most is our laughter, laughter usually brought on by something Jorge would say or do.
Julieta writes that her father gave her her first bath when she was an infant. Her small body fit perfectly in his large hands, the hands of a workman and artisan who repaired and remodeled houses. She didn't like buses, so her father worked harder and bought the family a little Renault, in which they took many a family outing. As his little girls grew into women and suffered ups and downs, he continued to be there for them--through illness and through divorce. Of Italian ancestry, Jorge was able to obtain Italian passports for his family, and they immigrated to Spain in 2001, which is when we all met each other. The essay is in Spanish and is titled "An Exemplary Father." And I know that Jorge would be glad to know that his daughter remembers him as exactly that.
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Jorge, padre orgulloso de Julieta y Natalia. Buenos Aires, Argentina |
Un padre ejemplar
Mi papá nació en Luján Provincia de Buenos Aires El 8 de mayo de 1948, se casó con mi mamá Cristina Fernández en Buenos Aires, en el año 1975 en la capilla Cristo Maestro en el barrio de Villa de Voto, Buenos Aires.
En el año 1978 un 18 de noviembre, nací yo, y el primer baño me lo dio mi papi, ya que sus manos eran grandes y entraba en ellas sin ningún problema. En ese momento en el que llegué, a este mundo fue su gran día. Al poco tiempo compró un coche, porque el autobús no me gustaba, y fue un Renault 11, color blanco.
El día 17 de agosto nació mi hermana Natalia y fue un poco más grandecita que yo, pero también la bañó mi papi. Él trabajaba de carpintero y cuando venía de trabajar, siempre nos encontraba durmiendo y cuando se iba a trabajar nos veía durmiendo, pero luego los domingos nos llevaba a pasear por todos lados los 4, mi papi, mi mami, mi hermana y yo, y esos días eran súper lindos. Nos llevaba a parques, piscinas, íbamos de picnic y muchos lados más, por eso digo que fue un padre ejemplar.
Él decidió hacer la nacionalidad italiana a nosotras y en el año 1989 ya teníamos pasaportes italianos y por eso vinimos a España en el año 2001. Mi papi disfrutó mucho de los paseos por España porque fue su sueño hecho realidad, ya que él quería venir a España en el año que éramos chiquitas.
Trabajó mucho acá en este país, al igual que viajó y disfrutó en todo momento con mi mamá y con nosotras también. Él siempre decía que por primera vez con lo que ganaba, le daba la oportunidad de conocer España. En Argentina, sin embargo, aunque trabajó mucho, no podía viajar como viajó acá. Estaba súper agradecido de la vida, siempre estaba haciendo bromas, y te reías mucho con él.
De verdad, agradezco a dios por haberle dado la oportunidad de disfrutar de la vida. Con tanta fuerza que él tenía te daba fuerzas. Si uno estaba triste, él estaba siempre ahí, como un padre que está en lo bueno y en lo malo, y le agradezco a dios todo lo que me enseñó y todo lo que disfrutamos con él.
Mi papá siempre me decía que hay que disfrutar de lo que tenemos, pero no lo material, sino lo que uno tiene de la familia, y era eso lo más importante para él. Él siempre se preocupó por nosotras, ya que nos casamos muy jóvenes y resultamos las dos divorciadas. Él tenía razón, todo lo que nos enseñó y los consejos que nos dio nos hicieron muy bien.
Mi papá siempre tenía aspecto de estar contento, aun si estaba mal tratado en algún trabajo, porque no quería preocupar a mi mamá. Es gracias a él que estamos en España, algo que nos cambió la vida por mejor.
Bueno, quiero que todo el mundo sepa que las personas que tengan a sus padres presente, siempre estén a su lado en los buenos y malos momentos, escuchen sus consejos, cuídenlos porque gracias a ellos estamos acá en este mundo.
Estoy muy orgullosa de haber tenido un papá tan bueno. Además de ser buen padre, fue un hombre trabajador que no descansaba nunca. De las casas que tuvimos en Argentina, no paró de reformarlas, arreglarlas, hasta las casas donde vivimos en Madrid y en Alicante, siempre que había algo para hacer, estaba él ahí.
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Cristina y Jorge, casados por 34 años. |
Un buen esposo siempre al lado de mi mamá, siempre se acordaba de los cumpleaños, de los aniversarios de casados, y le encantaba traer un ramo de flores para dar alguna sorpresa a mi mami. Estuvieron juntos durante 34 años, un matrimonio ejemplar, quiso mucho a mi mamá y a sus hijas, fuimos importantes para él.
Cuando se enfermó, por suerte seguía ahí, con buena onda fuerte y siguió disfrutando de nosotras hasta el último día, pero, bueno, de eso a él no le gustaría que hable ya que lo más importante era la vida. Siempre decía que hay que vivir la vida, y que había que recordar a los seres queridos que no están como eran en los mejores momentos de su vida.
Nosotras siempre recordamos a mi papá en sus mejores momentos y que siempre estará en nuestros corazones y que fue el PADRE EJEMPLAR. Así que, papi, gracias por estar siempre en los malos y buenos momentos le agradezco a él todo lo que nos enseñó durante el tiempo que estuvo con nosotras.
Te quiero mucho, papá.
Julieta Lubatti